Caminar por el casco histórico de San Fernando de Henares cada vez es más complicado. Calles cortadas, ruido incesante de máquinas trabajando, vecinos hartos y destrozados anímicamente y soluciones que no llegan…
Diario de San Fernando ha acompañado este viernes a los vecinos afectados por la línea 7B de Metro que han acampado frente a la oficina de atención ciudadana que puso la Comunidad de Madrid (situada en la calle Ventura de Argumosa, 20).
En rueda de prensa, han comparecido Juan Fuentes, presidente de la Asociación ‘Presa – Rafael Alberti’, Eva María, afectada por la línea 7B de Metro y Javier Madueño, vicepresidente de la asociación y afectado también.
Además, los vecinos están recibiendo el apoyo del Gobierno local, así como de ayuntamientos vecinos, como es el de Coslada, cuyo alcalde, Ángel Viveros, tenía programada una visita para esta tarde.
“Si no tenemos ayuda para el alquiler, ¿dónde nos quedamos? En la calle”
“Se establecieron unas ayudas al alquiler que finalizaban en el mes de marzo; hace dos días, el viceconsejero, Carlos Díaz Pache, me convocó a una reunión en su despacho, y al llegar nos dimos cuenta de que solo había técnicos. Nosotros necesitamos respuestas políticas”, recuerda Fuentes.
El problema es que los arrendadores de los pisos alquilados en los que están los afectados quieren sus ingresos, y los vecinos no pueden hacer frente a este problema. “No tienen recursos económicos, sentimos que se están riendo de nosotros. Se sabía desde hace meses que se nos acababa la ayuda a la alternativa habitacional y había que prorrogarla”, denuncia el presidente de la asociación. Y ha querido dejar claro que, si esta ayuda se tiene que prorrogar, no es por culpa de los vecinos, sino porque los expedientes no están resueltos.
“Estás 24 familias, estamos en la calle no porque queramos, sino porque es donde nos han puesto”, ha aseverado. Primero les dijeron, recuerda, que sus edificios “iban a ser los más seguros de España”, y dos meses después, les comunicaron que no podían acceder a sus viviendas “porque estaban en peligro de colapso”.
Fuentes recuerda el momento más amargo de su vida. “Tras muchas negociaciones, conseguimos entrar media hora -como si de un concurso televisivo se tratase-, para acceder a nuestras viviendas, sabiendo que era la última vez que estaríamos en ellas y no sabíamos qué era más importante, si coger un recuerdo de un familiar que ya no está o una póliza de seguros o la escritura de la vivienda; colapsas y pierdes todo”.
La ayuda que han recibido estos vecinos para subsistir es de 798 euros mensuales para un periodo de seis meses. “No entendemos de sistemas burocráticos ni administrativos, pero sí de la soledad en la que nos encontramos porque se nos arrancó la vida el pasado 20 de septiembre de 2021 cuando salimos de nuestras casas”, ha afirmado.
“No estamos en la calle porque queramos, no es agradable, los vecinos han pasado una noche con mucho frío, el ruido, etc. Si no tenemos ayuda para mantener ese alquiler, ¿dónde nos quedamos? En la calle”, ha añadido Fuentes.
“Ni un solo vecino ha recibido un euro”
Fuentes ha defendido que se hagan las propuestas de indemnizaciones ya, aunque haya vecinos que no estén de acuerdo. “Se dice desde la consejería que ya están disponibles las indemnizaciones y es mentira. Ni siquiera los vecinos que han aceptado las indemnizaciones han recibido un solo céntimo”, ha añadido.
El presidente de la asociación ha señalado que no sabe “quién va al volante”, pero que es vergonzoso que “la comunidad más rica de España tenga a 24 familias en la calle”. Y ha recordado a Marciala, la vecina de San Fernando de Henares de 96 años desalojada, cuyo último cumpleaños ha tenido que pasarlo en una residencia porque ha perdido la cabeza de estar de casa en casa (de sus hijos).
“Nos están quitando vida, pero no nos van a quitar la dignidad”
Eva María Medina ha sido una de las afectadas que ha participado en la rueda de prensa y su discurso, además de emocionar a todos los que escuchaban, ha arrancado los aplausos de los vecinos.
“Esto no es un camping que hemos decidido montar, es una necesidad. Somos gente trabajadora. Nos han tirado la casa, nos han quitado los recuerdos, tenemos a nuestros mayores en las residencias. ¿Me lo he buscado yo? No, lo han buscado ellos (haciendo referencia a la Comunidad de Madrid). Esto es un espejo no solo para los 24 que estamos aquí, esto es el sufrimiento de un pueblo que tiene miedo, que le pase lo que me está pasando a mí. Esto es un maltrato”, ha denunciado.
“Soy una persona digna y no tengo que aceptar limosnas de nadir, porque ese trabajo, esa casa, la hemos luchado con esfuerzo y sudor y nadie nos ha regalado nada. No quiero más sufrimientos, tenemos gente enferma psicológicamente, con eccemas en la piel del sufrimiento y eso por la ansiedad que nos están provocando”, ha agregado.
“Espero que tengan una responsabilidad y que cumplan lo que han prometido. Este campamento no se va a levantar hasta que todos los vecinos tengan una solución. Nos están quitando vida, salud, trabajo, pero no nos van a quitar la dignidad”.
“Llevo más de un año durmiendo con la maleta al lado de mi casa”
Por su parte, Javier Madueño, afectado no solo por su casa sino por su propio negocio, visiblemente cansado y emocionado, ha suplicado que se haga algo. “Hay mucho que contar y pocas palabras para expresar la noche que he pasado aquí. Mi casa está en el limbo, porque aquí se vive con incertidumbre, nunca sabes lo que va a pasar. Tengo mi negocio igual que está en una situación que se está agravando”, ha indicado.
“Las soluciones son cero. Si tienen una partida de presupuesto, lo primero que tienen que hacer es poner a esas personas en depósito para que puedan comprar una vivienda y luego ver en los expedientes el capital. Y que ayuden a los negocios”, ha añadido.
En esta línea, ha denunciado que el problema se agrava “cada vez más” y ha subrayado que no se habla ni siquiera ya de cosas materiales, sino de su vida. “No es pagable lo que hemos vivido, están jugando con nuestra salud. Llevo más de un año durmiendo con la maleta al lado de mi casa”, ha explicado Madueño.
“Solo pedimos humanidad y que nos den solo lo que nos han quitado. No podemos estar en una situación peor de la que estábamos antes de que pasara. Hay que buscar la solución a esto. Si se reunieran y escucharan de verdad, igual que se han gastado millonadas en obras que no valen para nada, podían haber pensado primero en las personas”, ha denunciado.
“Tenemos miedo”
Los vecinos desalojados son una parte de todo el drama que está viviendo el pueblo. Y es que todavía hay personas que están viviendo en casas con grietas a cada centímetro, con el ruido incesante de las máquinas y con habitación que vibran tanto que les hacen despertarse. Y se preguntan: “¿cómo pueden dejarnos vivir así?”, “¿qué tiene que pasar para que nos saquen de nuestras casas”.
“Tengo 78 años y me da miedo vivir en mi casa. Cada vez que me voy a bañar y escucho los ruidos (de los cimientos, paredes, etc.) echo a temblar”, confiesa Gloria, una de las vecinas de la calle de Virgen del Templo.
Y es que, ciertamente, todas las personas que viven en esa calle y en las de Plaza Trébol viven en estas circunstancias: ruidos, temblores, grietas, humedades… Todos están de acuerdo en que es una situación caótica y que les está quitando la salud.
Y piden a la Comunidad de Madrid que hagan algo ya. “Pican y excavan en la tierra y ya la sacan mojada, y me pregunto, ¿hasta cuándo van a seguir excavando, Dios mío?, nos van a tirar todo el pueblo”, lamenta Gloria.
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