El sector del transporte sanitario urgente y programado de la Comunidad de Madrid afronta este martes, 9 de diciembre, y el miércoles 10 la tercera y cuarta jornadas de huelga, tras el seguimiento masivo del jueves y el viernes. Especialmente en el servicio programado, el paro fue casi total.
La plantilla vuelve a movilizarse «ante el bloqueo absoluto de la negociación del convenio colectivo, después de meses sin avances reales y con propuestas empresariales que suponen retrocesos en derechos, pérdida de poder adquisitivo y mayor precarización del sector», afirman en un comunicado.
Añaden que el conflicto ha dejado de ser estrictamente laboral y se ha convertido en un problema de primera magnitud para el sistema sanitario madrileño. «Sus consecuencias ya han comenzado a impactar de forma directa en la ciudadanía. Durante las anteriores jornadas de paros, se produjeron demoras de hasta seis horas en el servicio de urgencias hospitalarias, reflejo de un sistema que trabaja al límite de su capacidad desde hace años. Los profesionales llevan mucho tiempo denunciando la saturación estructural del transporte sanitario, sin que, hasta ahora, se hayan adoptado soluciones efectivas».
El comité de huelga ha denunciado en el Juzgado de lo Social de Madrid diversas situaciones relacionadas con la gestión de los servicios mínimos, los descansos y las comunicaciones a la plantilla que han generado una profunda preocupación entre las personas trabajadoras y han elevado aún más la tensión del conflicto.
«El transporte sanitario es un servicio esencial, imprescindible para garantizar la atención urgente, los traslados hospitalarios, las altas, las pruebas diagnósticas, la diálisis, la rehabilitación y la continuidad asistencial de miles de pacientes cada día. Sin embargo, el servicio se sostiene con condiciones laborales cada vez más precarias, falta de personal, sobrecarga asistencial y salarios que no se corresponden con la responsabilidad del trabajo que se realiza».
Las organizaciones sindicales convocantes (USO, CCOO y UGT) subrayan que “esta huelga no es contra los pacientes, sino, al contrario, para defender que toda la población pueda disfrutar de un transporte sanitario digno, seguro y de calidad”. Y advierten de que “si no se desbloquea el convenio colectivo de forma inmediata, el conflicto seguirá creciendo en intensidad. La Comunidad de Madrid se encuentra ante un conflicto clave cuyo desenlace marcará las condiciones laborales de cientos de profesionales y la calidad del servicio que reciba la ciudadanía”.
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